Una magnífica razón para adentrarse en la bio-cosmética es que las empresas productoras no realizan experimentación con animales. Además, lo natural esta dejando de ser una moda pasajera para convertirse en algo necesario. El exceso de química esta comenzando a preocuparnos. El deterioro medioambiental producido en el último medio siglo esta comenzando a tener efectos nefastos, y si queremos que nuestro planeta continúe siendo medianamente habitable tenemos que comenzar a pensar con una mentalidad biosostenible. Esto afecta a todos nuestros hábitos de vida, inclusive, a la cosmética e higiene cotidiana. La pasión por los productos biológicos se extiende al mundo de la belleza. Por lo general, los consumidores de alimentos ecológicos y amantes de la naturaleza también demandan una cosmética lo más natural posible.
La naturaleza nos aporta todo lo que necesitamos para cuidar nuestra imagen, sin necesidad de emplear química ni aditivos. Básicamente, el criterio que define a un cosmético biológico, ecológico u orgánico es que los ingredientes que lo componen procedan de materias primas de origen vegetal y siempre que sea posible de cultivo ecológico certificado. No debemos olvidar que la agricultura ecológica no daña el ecosistema ya que utiliza técnicas de producción sin abonos químicos, ni plaguicidas, fertilizantes de síntesis, hormonas de crecimiento y pesticidas que puedan alterar la calidad de los suelos. En esta forma de cultivo se trabaja con el máximo respeto a los recursos naturales, el medio ambiente y la salud de las personas.
La denominada cosmética ‘Bio’ nos ofrece productos cien por cien biodegradables y por lo tanto respetuosos con el medio ambiente. Aporta resultados excelentes y ofrece gran tolerancia dermatológica, ya que la mayoría de estos productos están elaborados con una base de aceites vegetales y extractos de plantas que estimulan las funciones vitales de la piel. Los principios activos de origen biológico nos aportan sustancias fáciles de metabolizar, que al ser asimiladas consiguen restablecer el equilibrio natural, logrando que la dermis recupere todo su esplendor. Este tipo de cosmética resulta muy apropiada para el tratamiento de pieles sensibles, alérgicas y con dermatitis. En la actualidad, existe de todo tipo de productos en ‘versión Bio’, desde los destinados a la higiene diaria (champús, geles de baño, jabones o dentífricos), hasta los productos de tratamiento (limpiadores, tónicos, peeling, mascarillas, hidratantes, nutritivas, sueros o tratamientos corporales), pasando por protectores solares, maquillajes, colorantes capilares y productos específicos para el cuidado de la piel de los bebés.
La denominada cosmética Bio cuenta con gran número de adeptos en países como Austria, Francia y Alemania, donde hace más de cuarenta años que se consume. En España, hasta hace poco tiempo, era una gran descocida pero, ha irrumpido con gran fuerza. Por el momento, en nuestro país existen pocos laboratorios de cosmética ecológica certificada, por lo que a menudo se suelen importar de lugares más afianzados en este sector. Afortunadamente, hoy ya existen empresas españolas muy competitivas, como es el caso de Naetura Organic, primera empresa cosmética española certificada por Ambicert, filial de Ecocert en España. Ofrece una muy interesante gama de productos destinados al cuidado facial, corporal, capilar, higiene, cuidados para el hombre y para bebes y Aroms Natur es una empresa que elabora innovadores cosméticos fitoaromateraputicos 100% naturales, Dentro de las importaciones destacan Dr. Hauschka, laboratorio alemán que comenzó su aventura natural hace mas de cuarenta años; Anne Marie Börlind, biocosmetica procedente de la Selva Negra con calidad certificada por Ecocontrol; Tautropfen, cosmética orgánica avalada por Demeter; Couleur Caramel, línea de maquillaje totalmente natural que destaca por su excelente calidad y su compromiso con la naturaleza y los valores humanos; o Ballot Flurin, apiterapia y cosmética respetuosa elaborada con productos de la colmena Su método se basa en obtener sustancias vegetales beneficiosas para la salud y la piel a través de las abejas. Eso supone no tener que consumir enormes cantidades de flores y plantas, sin matar a la planta (al contrario, la fertilizan). Las abejas son respetadas al máximo, y la empresa se preocupa de su bienestar, hasta el punto que las consideran sus “socias”. Se comunican con ellas y saben perfectamente lo que necesitan y lo que les pasa, conocen que días se puede abrir las colmenas sin perturbarlas, trabajan sobre los humores de los apicultores para no trasmitirles estrés, miedo o ansiedad. Jamás usan guantes para abrir la colmena y llevan una protección muy ligera, no les dan ningún tratamiento químico ni tan siquiera el azúcar permitida en producción ecológica.
En Bio-cosmética la transformación de las materias primas ha de realizarse con los mínimos procesos de transformación y alteración. Los métodos de extracción de los activos de las plantas no incluyen químicos que alteren la naturaleza del producto. Los procedimientos de obtención, elaboración y transformación han de ser no contaminantes.
Quedan excluidas de cualquier formulación aquellas sustancias sobre las que exista la sospecha de ser irritantes, alergénicas, cancerígenas o alteradoras del sistema hormonal. Tampoco pueden ser utilizadas fragancias, colorantes, parafinas, siliconas o cualquier otro derivado petroquímico. No se permite el uso de radiación, con el fin de eliminar gérmenes o bacterias. Además, durante todo el proceso de elaboración, desde la preparación de la tierra, la siembra, la recolecta, la destilación, e incluso, en el laboratorio se tienen que emplear procedimientos completamente naturales.
No se puede testar sobre animales ni el producto final, ni ninguno de los ingredientes que lo componen. Por lo general, son dermatológicamente probados sobre personas voluntarias con el fin de asegurar una alta tolerancia y eficacia. Para su envase y embalaje se deben utilizar materiales reciclables y biodegradables, con el fin de que su impacto medioambiental sea menor. No se usa PVC y se recurre al papel y cartón reciclado, no blanqueado con cloro. Además, han de usarse tintas vegetales.
La biocosmetica no incorpora en su formulación materias primas de origen animal, salvo las producidas por animales vivos como pueda ser la miel, el polen, lanolina o la cera de abeja y preferentemente que procedan de animales cuidados con los métodos de la ganadería ecológica. Esta prohibida la utilización de colágenos.
Pero cuidado, no es oro todo lo que reluce. La definición de cosmético natural es muy genérica ya que no existe un criterio claro ni universal sobre qué se considera cosmética natural. Hoy en día la palabra “natural” se utiliza de forma abusiva en los planteamientos de marketing de muchas empresas. Y frente al vacío legal existente sobre su nomenclatura, es cuando cobra principal relevancia la denominada cosmética biológica certificada.
Para garantizar que las exigencias se cumplan existen organismos que certifican la cosmética natural. Los criterios utilizados por estas entidades para otorgar su certificación son similares, aunque, obviamente, cada uno aplica su propia normativa.
Recuerda: a la hora de adquirir un cosmético observa detenidamente los sellos impresos en su embalaje.
Maripi GADET. Autora de ‘Secretos de Belleza Natural, Editado por Grijalbo, Debolsillo y Panbooks en EE.UU.
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