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Alimentando nuestro Sistema Inmunológico

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Alimentando

nuestro Sistema Inmunológico

 

 

Nuestra vida emocional repercute directamente sobre nuestro Sistema Inmunológico por lo que estar sanos dependerá en gran parte de tener una actitud optimista. A lo largo de nuestros días se nos despiertan decenas de emociones: la ira, la tristeza, la alegría, el miedo, el amor, la sorpresa, la culpa y la vergüenza, por citar algunas de las más habituales. Cada una de ellas se experimenta con múltiples matices e incluso, en ocasiones, se combinan entre si. Toda emoción genera reacciones físicas que consideramos normales y hasta necesarias, pero el problema aparece cuando se prolongan en el tiempo o se nos despiertan con una intensidad tan alta que, de hecho, provoca enfermedades orgánicas.

images (1)En vez de centrarnos en la gestión emocional, vamos a hacerlo en la idea de que “comer equilibradamente ayuda a estimular la resistencia del organismo y a mejorar el tono muscular.” Existen muchos  alimentos  a nuestro alcance que son fundamentales para fortalecer nuestro organismo, ayudándolo a prevenir infecciones. En nuestra cocina encontramos una serie de ingredientes que fortalecen nuestras defensas. El ajo, con sus images (2)sustancias sulfuradas, es muy eficaz para combatir bacterias, virus y hongos; la cebolla, que protege nuestro sistema respiratorio y nos ayuda a calmar la tos y fluidificar las mucosidades; La Canela, además de sus características afrodisiacas, resulta ser un buen antiséptico que nos  ayuda a mantener a raya a las infecciones, pero sobre todo,  aumenta la energía para afrontar resfriados y gripes; El  Orégano, de efecto antiinflamatorio, contiene altos niveles de antioxidantes en forma de ácidos fenólicos y flavonoides.

Con la Miel no solo endulzamos nuestros postres, sino que  prevenimos infecciones gracias a sus importantes propiedades antisépticas, expectorantes, vigorizantes y cicatrizantes. Es un alimento único a la hora de recuperar la energía perdida durante una enfermedad.

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Nuestro cuerpo necesita de azúcares para mantener la respuesta inmunitaria, por eso los jugos de frutas nos aportan esos carbohidratos que nos protegen de los resfriados. Jugos cítricos a base de limones, naranjas, toronjas, mandarinas, etc. son ricos en vitamina C, antioxidantes, ácidos cítricos y aceites esenciales de acción antiséptica, depurativa y revitalizante, que mejoran las mucosas y estimulan las defensas.

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Respecto a las hortalizas y verduras: el atractivo color verde del Brócoli nos aporta isotiocianatos, folatos y vitamina C, coctel perfecto para prevenir infecciones y potenciar nuestras defensas. Los tomates son un excelente antioxidante que fortalece las paredes celulares de los tejidos y la piel, a la vez que actúa como depurador de toxinas; aporta altos niveles de vitamina A y C, mientras que las zanahorias actúan como una fuente de betacaroteno precursores de la vitamina A. Ambas hortalizas protegen la mucosa de la garganta y los pulmones.

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Una  buena digestión es sinónimo de un buen sistema inmunitario, por eso los lácteos fermentados, con sus altos contenidos en probióticos y bacterias que repueblan nuestra flora intestinal, son imprescindibles para fortalecer la primera defensa inmunológica de nuestro cuerpo.

No resulta fácil gestionar como nos sentimos, pero si cuidamos nuestra dieta e ingerimos productos naturales que nos aportan nutrientes y potencian nuestro sistema inmunológico, no cabe duda que nuestro día a día será más placentero, alejados de la enfermedad.

 

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